
Cada día las clases prácticas se superan. Si para mi puede parecer algo grande, para los niños ya debe ser extraordinario. El aspecto común, en este caso, es que aprendemos los dos.
Me encantaría ver a niños de cuatro años jugar al frio o caliente o a los animales, y hacer una adaptación de la danza de hoy con los niños de tres años. Para mi sería una gran experiencia.
Quizás los niños aprendan más que nosotros, y la verdad es que no hay nada más gratificante que saber que un niño gracias a ti avanza en su desarrollo y aprendizaje. Nosotros, a través de estos juegos podemos estimular su capacidad motriz, socioafectiva y cognitiva y además, se divierten, dejan libre la imaginación, su creatividad, sacan a flote su potencial y confían en ellos mismos. Un niño que gana autonomía poco a poco y gana autoestima será un niño muy feliz, y, lo mejor de todo, lo será gracias a maestras como nosotras.

0 comentarios:
Publicar un comentario