
CAMBIO DE EXPECTATIVAS
Se hace común esperar de una clase o asignatura una cosa, y luego ver que es otra. Esto, a nuestras edades, ya es algo normal, y se quiera o no, ya estamos acostumbradas. Y a lo que esamos acostumbradas, es a clases aburridas, sin "fundamento" y con el profesor bla bla bla todo el rato (y si es así, sin contar anécdotas o entre medias algún chiste); en general, una clase amena y con la que gusta aprender. Ahora aquí hay pocas, pero en Infantil, no hay nada.
En la viñeta podemos ver como el niño se imagina una clase llena de actividades y juegos, emociones y movimiento. La maestra, en este caso, piensa en hacerle aprender los números, las letras, a pintar (con fichas, suponemos) a leer y a escribir. Como podemos ver, el niño piensa lo que en realidad se debe hacer el Infantil. Es mejor el fruto que da la motricidad y las actividades por centro de interés que el de las fichas o que le pongamos a escribir "MAMÁ" en la pizarra.
Realmente no saben ya lo que son capaces de hacer las maestras por tal de terminar las fichas a tiempo, para luego aparentar ante los padres la pila de cosas que ha hecho sus hijos en clase. Los niños acaban cansados y a veces hasta se les obliga a hacer la maldita ficha o a hacer como un tonto "Mamá" todos los mismos días, y de ahí no saques la metodología de la clase.
Un niño no se merece eso, ni nada parecido.
Se merece jugar, ser feliz mientras disfruta de las actividades que hacen con compañeros, y divertirse mientras aprende. Hasta un adulto universitario sabe que una clase siempre se hace menos agoniosa con un toque de diversión y movimiento (como una práctica al aire libre, o en nuestro caso, estar más haciendo actividades como las del seminario de Motricidad).
Pero en Infantil, la teoria y la práctica está muy alejada y el punto intermedio parece ser la ficha, para las maestras lo más cómodo del mundo, porque los deja entretenidos un rato y ella tan feliz de no tener que escucharlos gritar todo el día. El interés del niño, aquí, queda atrás.
No podemos ignorar lo que quiere el niño. Es su propio interés lo que lo va a motivar a hacer algo, y así seguro que aprende, y además con lo que le gusta. Y es que no se sabe ver aún.
Debemos prepararnos para hacer feliz a los niños, que estén entretenidos haciendo lo que más les guste y no parar con ellos. Les gusta la acción, lo inmediato, lo que se mueve... con las fichas nos cargamos poco a poco todo su mundo expectativo y muchas cosas del niño no llegarían a potenciarse. ¿Que vamos a hacer entonces? Fichas, fichas y más fichas.
Materiales para hacer un teatro: 20 euros; Coger el autobús para desplazarse: 5 euros; Hacer que un niño aprenda mientras disfruta viendo un teatro original, no tiene precio. Para todo lo demás, las maestras de Educación Infantil. ;)
En la viñeta podemos ver como el niño se imagina una clase llena de actividades y juegos, emociones y movimiento. La maestra, en este caso, piensa en hacerle aprender los números, las letras, a pintar (con fichas, suponemos) a leer y a escribir. Como podemos ver, el niño piensa lo que en realidad se debe hacer el Infantil. Es mejor el fruto que da la motricidad y las actividades por centro de interés que el de las fichas o que le pongamos a escribir "MAMÁ" en la pizarra.
Realmente no saben ya lo que son capaces de hacer las maestras por tal de terminar las fichas a tiempo, para luego aparentar ante los padres la pila de cosas que ha hecho sus hijos en clase. Los niños acaban cansados y a veces hasta se les obliga a hacer la maldita ficha o a hacer como un tonto "Mamá" todos los mismos días, y de ahí no saques la metodología de la clase.
Un niño no se merece eso, ni nada parecido.
Se merece jugar, ser feliz mientras disfruta de las actividades que hacen con compañeros, y divertirse mientras aprende. Hasta un adulto universitario sabe que una clase siempre se hace menos agoniosa con un toque de diversión y movimiento (como una práctica al aire libre, o en nuestro caso, estar más haciendo actividades como las del seminario de Motricidad).
Pero en Infantil, la teoria y la práctica está muy alejada y el punto intermedio parece ser la ficha, para las maestras lo más cómodo del mundo, porque los deja entretenidos un rato y ella tan feliz de no tener que escucharlos gritar todo el día. El interés del niño, aquí, queda atrás.
No podemos ignorar lo que quiere el niño. Es su propio interés lo que lo va a motivar a hacer algo, y así seguro que aprende, y además con lo que le gusta. Y es que no se sabe ver aún.
Debemos prepararnos para hacer feliz a los niños, que estén entretenidos haciendo lo que más les guste y no parar con ellos. Les gusta la acción, lo inmediato, lo que se mueve... con las fichas nos cargamos poco a poco todo su mundo expectativo y muchas cosas del niño no llegarían a potenciarse. ¿Que vamos a hacer entonces? Fichas, fichas y más fichas.
Materiales para hacer un teatro: 20 euros; Coger el autobús para desplazarse: 5 euros; Hacer que un niño aprenda mientras disfruta viendo un teatro original, no tiene precio. Para todo lo demás, las maestras de Educación Infantil. ;)
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